Hablar del verano es hablar de
problemas de olores. Ni descanso ni actividad de ocio, nada es posible cuando
se sufre la tortura de los malos olores. Tortura, sí, porque el daño es causado
por su duración, como la gota malaya, poco a poco pero de forma continua.
Por eso es importante recordar
que hoy en día solo huele mal quien quiere. Existen variadas tecnologías
capaces de solucionar la práctica totalidad de los problemas de olores
derivados de las actividades industriales.
Es cierto, suponen un gasto
importante. Un gasto que no repercutirá en un aumento de producción. Por tanto
deberíamos introducir nuevos parámetros para calcular la productividad de una
empresa. Parámetros como imagen, marca, en definitiva, la buena reputación.
Justo Villafañe lidera MERCO –Monitor Empresarial de Reputación
Corporativa-, ingente tarea pedagógica que traspasa la cátedra universitaria,
en pos de valorizar intangibles que consiguen mejorar la productividad en las
empresas. Intangibles que caen fulminados ante cualquier problema de olores.
Que interesante resultaría para los directivos de algunas empresas un paseo por
MERCO (http://www.merco.info/es/pages/1-que-es-merco).
Y como lo agradecerían los habitantes de algunas poblaciones!.
La buena reputación es rentable. Esta es la primera idea que debe
quedar meridianamente clara en la lucha contra los malos olores. Solo cuando
consigamos estar de acuerdo en esta premisa, podremos proponer las diferentes
tecnologías existentes para la solución de los problemas de olores. Y disfrutar
así, todos, del agradable olor del progreso.
PD: Mañana hablamos de soluciones